Aunque todos tenemos paquetes venosos alrededor del orificio anal- como parte de la anatomía normal de la región- solo en algunas personas llegan a inflamarse y dar síntomas. La lectura de revistas y de libros, o el uso de dispositivos móviles cuando se está mucho tiempo sentado en el baño, tiene como consecuencia directa la aparición y la complicación de las hemorroides, ya que la postura– que estanca el flujo sanguíneo de los muslos- aumenta la presión local tanto en reposo como ante el esfuerzo de la defecación.
Cuadro clínico y factores predisponentes
Los principales síntomas de problemas ano-rectales, vinculados al acúmulo de sangre en los paquetes hemorroidales, incluyen picazón, sangrado, ardor, dolor y sensación de cuerpo extraño. Éstas manifestaciones suelen exacerbarse con el estreñimiento, el embarazo, las deposiciones constantes (como en algunos casos de diarrea), el uso excesivo de laxantes, la obesidad, el tabaquismo y la llamada lectura sanitaria.
Como las hemorroides tienen un tejido que los fija alrededor del ano, éste puede desprenderse poco a poco cuando se somete a mucha presión por un tiempo prolongado. Es necesario considerar que la estructura del retrete está diseñada para facilitar las evacuaciones por efecto de la gravedad, sin embargo, al no contar con un soporte duro (como en el caso de una silla o de otra superficie sólida) su uso promueve un aumento de tensión de las estructuras que sostienen el piso pélvico, de tal manera que al permanecer mucho tiempo en él se incrementa el riesgo de que los paquetes hemorroidales se desprendan y acumulen sangre.
Una vez que los cojines venosos se desprenden y aumentan de tamaño, haciendo manifiesta la enfermedad hemorroidal, existe un mayor riesgo de que salgan por el orificio anal, lo cual predispone con el tiempo a hemorragias y a la formación de coágulos por remanso de sangre.
¿Científicamente comprobado?
Aunque aún no hay evidencia científica de que la lectura prolongada, o el uso de dispositivos móviles mientras se defeca, aumenten la incidencia de hemorroides, sí que se ha visto una aparición cada vez más prematura de este problema en jóvenes, incluso antes de los 20 años de edad, lo cual pudiera sugerir una vinculación de la patología con este tipo de hábitos, sobre todo cuando se dan por más de diez minutos.
Como bien se ha destacado, la lectura en sí misma no causa las hemorroides, sino el esfuerzo potencial de dilatar una postura anatómicamente incorrecta.
Si más allá de la entretención que implica la “lectura sanitaria”, pasas largo tiempo en el retrete por problemas como estreñimiento, lo más recomendable es beber suficiente agua y modificar la alimentación para perfeccionar el proceso digestivo. Si las medidas conservadoras no son suficientes para evitar o mejorar los síntomas por hemorroides, es necesario acudir con un especialista. En el Instituto Médico Langle contamos con profesionales altamente capacitados en distintas enfermedades del ano y del recto, los cuales cuentan con una amplia experiencia y trayectoria en tratamientos de vanguardia mínimamente invasivos.